Pluma Invitada – El presente de la justicia laboral en México
Sergio Javier Molina Martínez
Es doctor en Derecho, juzgador federal y profesor de diversas asignaturas en la UNAM. Ha dictado varias charlas en torno a la reforma laboral, en México y en el extranjero. Tiene diversas publicaciones que explican la gran reforma laboral en el país y su incidencia en los acuerdos comerciales de América del Norte. Actualmente, se desempeña como Consejero de la Judicatura Federal.
La reforma constitucional y legal al sistema de justicia laboral transformó para siempre el modelo laboral en México. Este cambio fue motivado por diversos acontecimientos. La simulación en las relaciones colectivas de trabajo fue una de sus bases. Esto fue acompañado por el corporativismo sindical y una falta de acceso a la impartición de justicia; denuncias ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que derivaron en recomendaciones; así como la influencia en la suscripción de acuerdos comerciales.
A 4 años de implementada la reforma ¿cuáles han sido los resultados que debe conocer la sociedad?
Por mencionar los más trascendentales:
i) contamos con tribunales laborales independientes; ii) registro único de asociaciones sindicales y contratos colectivos de trabajo; iii) procesos democráticos transparentes; y, iv) sindicatos representativos de los trabajadores.
De manera particular destaca la desformalización en los trámites registrales e inclusive en las sentencias; así como sanciones para empleadores, litigantes y funcionarios para evitar prácticas procesales improcedentes.
Tenemos otros ejemplos claros: el incremento en los salarios revisados y negociados frente a los jueces laborales y conciliadores; incorporación en los contratos colectivos de cláusulas que prohíben la contratación infantil; fomento al respeto de los derechos laborales de las mujeres; y representación proporcional en razón de género en la conformación de las directivas sindicales y decisiones colectivas.
Se han establecido límites a la práctica del outsourcing, reglas y medidas para evitar la discriminación en el empleo, así como providencias para eliminar el acoso laboral en los centros de trabajo.
Todo ello ha resultado en una nueva era de expansión y reconocimiento de los derechos laborales para alcanzar la justicia social en México.
En esa dirección debemos mantenernos. Las opiniones pueden ser diversas, incluso algunos medios de comunicación se refieren a que existe una “primavera laboral” en el país. Aún nos encontramos realizando ajustes, creando plataformas electrónicas en beneficio del modelo e implementado nuevas prácticas. Si bien, el proyecto puede ser perfectible, los avances que hemos logrado todas las instituciones y sectores de personas empleadoras y trabajadoras en conjunto son agigantados.
Esta reforma ha sido el claro ejemplo del diálogo social. Fueron muchas las decisiones y los esfuerzos realizados colaborativamente para su implementación y que continúan realizándose.
Día a día desde nuestras ópticas los involucrados nos encontramos concretando políticas públicas judiciales y administrativas; normas, sentencias, convenios, demandas, análisis y todo tipo de acciones que brinden mejoras para millones de personas mexicanas. Ese es el nuevo derecho laboral, eso es la reforma laboral.
Esta pluma invitada, convoca a todos los sectores a seguir fomentando este diálogo social. A litigar con mejores prácticas; a no resistirse al cambio y a dignificar la materia del trabajo.