La Reforma Laboral no impulsó la tasa de sindicalización en México
El cambio en el marco legal benefició la democracia sindical y mejoró el marco de justicia laboral, pero todavía hay mucha desinformación entre los trabajadores y falta de interés de los sindicatos en ampliar su afiliación, destacan especialistas.
La sindicalización en el país prácticamente no se ha movido desde la Reforma Laboral de 2019. La participación de los trabajadores sindicalizados en la población asalariada del país pasó de 22.33% a 22.42% desde el inicio de la Reforma Laboral en 2019 hasta el primer trimestre de 2024. De acuerdo con información de la plataforma de Indicadores y Estadísticas de la Reforma Laboral (Inderlab), el número de trabajadores asalariados pasó de 19 millones 764,840 a 22 millones 839,786, y más del 70% de los trabajadores tienen contratos como personal de confianza en su empleo formal.
Los trabajadores sindicalizados en el primer trimestre de 2019 eran 4 millones 413,412 respecto a los trabajadores asalariados. Esta cifra se incrementó en 16%, es decir, a 5 millones 119,951 personas sindicalizadas en el periodo de tiempo ya mencionado.
Con la entrada en vigor de la Reforma Laboral sí se registró un movimiento en algunos estados de la república en el número de personas sindicalizadas. Por ejemplo, Coahuila es ahora una de las 5 entidades con mayor número de registros 309,606, mientras que Jalisco dejó de estar en esa misma lista, al reportar 249,513 personas sindicalizadas.
El primer lugar en 2024 lo ocupa el Estado de México, al igual que en 2019, con un registro de 599,833, trabajadores sindicalizados. Le siguen la Ciudad de México con 393,309; Nuevo León con 387,661 y Tamaulipas con 352,453.
Las entidades federativas que presentan el menor número de personas sindicalizadas es Campeche con 36,765. Le siguen Colima con 37,587; Aguascalientes con 53,862; Baja California Sur con 56,719 y Nayarit con 59,622.
Sindicatos no convencen y trabajadores desconocen la reforma
Tras señalar que la baja sindicalización es un fenómeno que se ha registrado en todo el mundo, Alfonso Bouzas, coordinador del Observatorio Laboral para la Reforma Laboral comentó que: “Los sindicatos han dejado de representar los intereses de los trabajadores, así de claro. Podrán tener 20,000 actividades, vinculaciones, y lo que tú quieras, pero lo que gana es la abstención; es decir, al trabajador de a pie, no le importa la existencia de la organización social”.
Añadió que con la Reforma Laboral 2017-2019, se logró reducir la corrupción sindical, es decir, que las direcciones sindicales, por aclamación o en representación, eligieran a los funcionarios. Eso es correcto en el texto de la ley. “Ahora lo que es necesario es que pasen a los propios trabajadores, que los trabajadores hagan suya esa posibilidad y se interesen en sus organizaciones sindicales”, expuso Bouzas. “Aunque hay un abstencionismo ganador, se han dado ciertas acciones, pero muy aisladas, como consecuencia de la Reforma Laboral, Tamaulipas, en Chihuahua, en el centro del país, en la zona petrolera de Veracruz-Tabasco”.
A pesar de los esfuerzos que ha realizado el gobierno de Estados Unidos para la implementación de la Reforma Laboral, aún hace falta que llegue la información a los trabajadores, quienes no conocen todos los derechos adquiridos con los cambios a la Ley Federal del Trabajo. Se prevé que, en 2025, Estados Unidos destine 45 millones de dólares para estos fines.
Sindicatos deben ampliar esfuerzos
Inés González, integrante de la Red de Mujeres Sindicalistas, y próxima secretaria de Trabajo de la Ciudad de México, comentó que se han hecho esfuerzos para ampliar la sindicalización, pero con los mismos sindicatos y las mismas empresas, y los mismos contratos colectivos de trabajo. “Pienso que las organizaciones ya hechas no es que están afiliando nuevos grupos de trabajadores, lo que estamos viendo es cómo un reagrupamiento de sindicatos ya existentes, que creo que lo interesante puede ser en algunos casos, habría que analizarlo, es que, si no están viendo que su secretario, que su líder tradicional no está permitiendo los cambios, ellos dicen nos vamos y lo hacemos, pero yo creo que no estamos viendo un impacto en afiliar a los y las trabajadoras”.
Añadió que las actuales organizaciones sindicales no van a buscar nuevos trabajadores afiliados “porque es más fácil disputar un contrato colectivo; es muy difícil la sindicalización inicial de los trabajadores, porque los trabajadores no están al 100% informados de sus derechos y cuando
no tienen claridad de sus derechos, tienen miedo y prefieren no meterse a una organización”.
Fuente: María del Pilar Martínez / El Economista